Ya no somos espectadores. No temas,
que la mágia nunca va a morir.
Ahora es nuestro el escenario,
somos magos; somos creadores.
Espontaneos somos, no programamos funciones.
¿Trucos? nos los inventamos; apelamos a las emociones.
Sin engaños, sin ilusiónes, yo pinto tu alma
y tu sonrisa se encarga de nuestros corazones.
Te canto una simple, pero dulce canción,
y en tu rostro brotan sonrisas,
en el mío en cambio, tiernas lágrimas de alegría.
Creo mágia cuando la deseas.
La despiertas y te hipnotiza.
Somos dos magos; la pareja perfecta.