Hasta hace unos pocos días mi vida estaba regida por la amargura del despertar. Odiaba levantarme temprano; me apestaba.
El primer día de clases -el más difícil de todos- no tardó en llegar.
Esta vez no llegó solo, llegó con un increíble despertar.
Una taza caliente de té, unas tostadas, un "te quiero" y un montón de tiernas palabras,
despertaron más que mi cuerpo; despertaron mi mente.
Cientos de mariposas me revoloteaban por dentro.
Lo más cercano a un verano juntos de la mano...
Lo más cercano al mejor de nuestros post-orgasmos.
No me canso de decirlo, que rico es despertar contigo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario